Educar en la belleza parece una utopía o, al menos, algo muy alejado de nuestra realidad educativa. Pero con unos pocos materiales, alguna noción de cómo presentarlos, conocimiento de nuestros peques y a base de pruebas y errores, todos somos capaces de realizar propuestas llamativas que promuevan el aprendizaje de nuestros alumnos o hijos. En este libro te enseño a hacer provocaciones de una manera muy sencilla, basadas en la pedagogía Reggio Emilia y la teoría de piezas sueltas, aprovechando la sensorialidad de nuestros pequeños para que aprendan jugando de forma creativa y manipulativa desde sus necesidades. A todos los niños, en resumen, les encanta jugar, experimentar, descubrir, inventar y pasárselo bien. Y es la única forma que tienen de realmente aprender.