¿Se puede medir la felicidad? Por sorprendente que parezca, la respuesta es que sí. En el Instituto de investigación de la Felicidad de Copenhague llevan haciéndolo desde el año 2012. Pero ¿para qué sirve medirla? Y, lo más importante, ¿existe realmente?
Alejandro Cencerrado lleva dieciséis años apuntando y analizando su propia felicidad en un cuaderno, midiéndola del 0 al 10, y parte de esta experiencia y de su labor como analista en el Instituto de la Felicidad de Copenhague para intentar descubrir qué es lo que nos hace más o menos felices como individuos y como sociedad. Así, el lector conocerá su método y cómo aplicarlo en el día a día a la vez que podrá reflexionar sobre los claroscuros que envuelven esta cuestión tan trascendental y que afecta a la sociedad del bienestar.