Estas páginas proponen un tema de reflexión para cada día. San José, estrechamente vinculado al misterio de la Encarnación, aparece en la Sagrada Escritura como un creyente y un hombre justo. A él se le encomendó la misión de ser custodio del Redentor. La Iglesia lo invoca como patrono. Se presenta como obrero, trabajando en el taller de Nazaret, y como perseguido, por defender a Jesús y a su Madre.
El pueblo cristiano lo venera, y simboliza ese afecto en la expresión bíblica «Id a José». Es invocado, asimismo, como patrono de la buena muerte, al que cabe implorar la gracia de nuestra conversión. Que san José nos haga conocer mejor a Jesús, con el conocimiento que brota del amor iluminado por la fe.