Cada santo tiene su día. San José tiene también sus fiestas. Pero es santo de todos los días; y lo es por estar íntimamente asociado a Jesús y María. Con ellos dos constituye la Trinidad beatísima de la tierra. Solo él con ellos pertenece al orden de la gracia de la unión hipostática, el orden de la gracia de la redención y salvación personal de Jesucristo, que quiso asociar a esa obra maravillosa y única a María su madre y a José su padre, por su desposorio con María.
Al decir que es santo de todos los días se quiere significar que cada día debemos ofrecerle servicios e imitar sus virtudes; en eso consiste la verdadera y auténtica devoción a san José.
El Evangelio llama a José justo. Este atributo lo refiere a Dios el Antiguo Testamento en bastantes textos, especialmente de los Salmos, los Profetas y libros Sapienciales, con el sentido de misericordioso, salvador, piadoso, fiel. Es el significado que san Mateo aplica a san José, quien siendo justo, actúa siempre por misericordia, interpretando la ley desde la compasión y el amor.