Las bienaventuranzas son el corazón de la predicación de Jesús y responden al deseo natural de felicidad, que Dios ha puesto en el corazón del hombre para atraerlo hacia él, el único que puede colmarlo. El papa Francisco ha tratado en dos ocasiones el tema de las bienaventuranzas. Primero, la exhortación apostólica Gaudete et exsultate (19 marzo 2018), en donde en el capítulo tercero, titulado «A la luz del Maestro», va desgranando un breve comentario a cada bienaventuranza. En una segunda ocasión, dos años después, quiso retomar el tema, esta vez en un tono más llano y elemental, en el marco de las catequesis semanales de las audiencias generales. Desde el 29 de enero hasta el 29 de abril de 2020 fue comentando cada una de las bienaventuranzas según Mateo.