María Evangelista Quintero Malfaz (1591-1648), cuyo proceso de beatificación está abierto, es un alma de Dios, sencilla, humilde. Fue tenida por santa ya en vida, lo cual no obstó para que, como suele suceder a los santos, también sufriera contradicciones, incomprensiones, rechazos y maledicencias. Fundó el monasterio de la Santa Cruz de Casarrubios del Monte y ha dejado escritas varias obras en las que recoge sus profundas experiencias espirituales y las revelaciones que recibió. Su talla humana y la gracia de Dios que actuó en ella, la hicieron atraer a muchas personas que llegaron hasta Casarrubios para solicitar su consejo y dejarse empapar por su vida espiritual.