Esta nueva vida de san Juan de la Cruz ahonda sus raíces en los principales estudios del último siglo. Enriquecida por los pasos significativos de los escritos del Santo, su perfil –desde la infancia en Fontiveros (Ávila), hasta su muerte en Úbeda (Jaén)– se sucede en treinta ágiles etapas. Una existencia simple y sublime la de Juan de la Cruz, verdadera, profunda y trasparente, tanto cuando el Santo contempla los ojos de su Señor en la eterna cristalina fuente, como cuando recoge garbanzos en el huerto del convento de La Peñuela. “Como trasfondo de su narración –escribe el cardenal Arborelius– el padre Moriconi pone la cárcel de Toledo, y conduce al lector a descubrir que, incluso en aquel oscuro cuchitril, Juan de la Cruz, privado de toda consolación y afecto, consigue hacer manar, de su alma herida, el más bello canto al Amor”.