Un libro sobre el celibato de los sacerdotes no es extraño que provoque variadas expectativas. Esto mismo suele pasar con algunas cuestiones que, latentes en la conciencia cristiana, terminan por resurgir en determinadas circunstancias dolorosas y generan comentarios de todo tipo, muchos de los cuales no siempre se basan en la razón y el equilibrio.
Al abordar hoy el tema del celibato es preciso comenzar asumiendo las objeciones más comunes para, desde ellas, articular la reflexión teológica que hace posible ahondar en sus implicaciones espirituales, eclesiales y pastorales. Solo entonces el autor se atreve a introducir metodológicamente «un punto de vista psicológico», que permite plantear la vida célibe como medio de alcanzar la plenitud humana.
El libro se mueve siempre entre la precisión del lenguaje técnico, que no teme usar la terminología científica, y el humor benévolo, que ha de reservarse para temas sobre los que el lenguaje resulta demasiado grave o a menudo insuficiente.
Esta obra va dirigida en último término a quienes se esfuerzan por discernir la propia vocación presbiteral, pero también a los educadores, teólogos, pedagogos y psicólogos interesados en repensar la figura actual del ministerio ordenado.