El fallecimiento del rey Martín I de Aragón en 1410 sin descendencia abrió un período de incertidumbre, el Interregno, prolongado durante dos años, en el cual varios candidatos pugnaron por imponer sus derechos a la sucesión. La activa intervención del Parlamento de Cataluña reunido en Barcelona logró que, junto a los reinos de Aragón y Valencia, a pesar de las diferencias existentes entre sus grupos dirigentes, se alcanzara un consenso y se fijara un método para la elección (Concordia de Alcañiz), por nueve jueces (Compromisarios) elegidos por los tres Parlamentos, del sucesor (Compromiso de Caspe), elección que recayó en el infante castellano Fernando de Trastamara, nieto del rey Pedro IV de Aragón y sobrino, por tanto, del monarca fallecido.