Tuvo que desaparecer para que todos supieran quién era realmente.
Sophia lleva desaparecida casi un año. Las pruebas apuntan a que se quitó la vida arrojándose de un puente y que el hecho está relacionado con un vídeo escabroso que se viralizó en el instituto, pero sus padres se niegan a creerlo. Cuando meses después el chico que grabó el vídeo aparece muerto, hay quienes especulan con que la desaparición de Sophia forme parte de un plan que ella misma ha puesto en marcha.
Camila Jones, una célebre periodista de investigación, recibe la visita de un periodista local que quiere que se involucre en el caso. La revelación de que Sophia está ligada a un hecho de su propio pasado que nadie conoce la lleva a aceptar la propuesta y a buscar la verdad a cualquier precio.
La hija ejemplar explora cómo las expectativas de los padres pueden convertirse en un oscuro mecanismo de manipulación.