EL DEBUT NARRATIVO DE UNA POETA E ILUSTRADORA: DOS HERMANAS UNIDAS POR UN JUEGO, UN VOLCÁN Y UNA TRAGEDIA
«Una yincana por el cielo estrellado de la infancia. Qué inteligente y lúcida es Lana Corujo», Luna Miguel · «Leer este libro me dio fiebre. Me fascinó y me aterró. Me conmovió y me rompió», Aida González Rossi · «Brillante y oscura. Una escritura saltarina que se te queda pegada bien cerquita del corazón como sus fantasmas», Juanpe Sánchez López · «Como en un juego, leer esta historia también ha sido como cruzar una frontera entre el miedo y el afecto. Ha sido tan sencillo, ha sido tan difícil», Júlia Peró
Todo empieza con un juego: algunas noches, en los diez minutos suspendidos antes de que Abuela regrese del bingo, dos hermanas salen a escondidas por la puerta de atrás hasta El Ahorcado —un volcán redondo como una panza bocarriba—, cuentan hasta tres y corren de vuelta sin mirar atrás. Sin embargo, una noche algo cambia… porque una vez traspasado el terreno de una infancia violenta, ¿cómo se mira el mundo?
En un cartón de bingo aparecen quince números —los mismos que las edades de la protagonista a lo largo de la novela, presentes como una mosca o una mariposa revoloteando sobre el título de cada capítulo—, y en esos diez minutos suspendidos que dura una partida, todo es posible. Han cantado bingo presenta una familia con un don que se hereda y se sufre, y una historia agreste como el rofe grueso de Lanzarote. Con un lenguaje juguetón y cautivador, cruel y bellísimo, Lana Corujo nos acerca a los silencios y la culpa, las verbenas, las heridas y la magia oscura que solo se teje entre dos hermanas que comparten un secreto.
La crítica ha dicho:
«Leer este libro me dio fiebre. Me fascinó y me aterró. Me conmovió y me rompió. La escritura de Lana es como ninguna otra: es un juego que termina en pelea que termina en abrazo que termina en llanto».
Aida González Rossi
«Este libro es una yincana por el cielo estrellado de la infancia: la lectora deberá estar preparada para el vértigo, pero también para el dolor de la noche y, sobre todo, para entender los muchos rostros de la pérdida. Qué inteligente y lúcida es Lana Corujo. Qué ganas de seguir conociendo su mundo».
Luna Miguel
«En esta novela brillante y oscura, que va brincando a través de las edades de la protagonista, descubrimos que la familia está mucho más ligada a la muerte de lo que hablamos y de lo que querríamos; y que olvidar, a veces, es también un gesto de amor. La escritura de Lana Corujo es saltarina y se te queda pegada bien cerquita del corazón, como sus fantasmas. ¡Tengan cuidado con los ojos de los volcanes y con sus propios ojos leyendo esta historia de dos hermanas tan emocionante, tan adictiva, tan inolvidable!».
Juanpe Sánchez López
«Como en un juego, Lana consigue imaginar fronteras invisibles para luego cruzarlas. Como hermana mayor, leer esta historia también ha sido como cruzar una frontera entre el miedo y el afecto. Ha sido tan sencillo, ha sido tan difícil».
Júlia Peró