Arranca el centenario de Ana María Matute (1925-2025) con la recuperación de la novela galardonada en 1959 con el Premio Nadal.
Con la guerra civil, «lejana y próxima a un tiempo, quizá más temida por invisible», como telón de fondo, Primera memoria narra el paso de la infancia a la juventud de Matia y de su primo Borja. Los dos viven en casa de su abuela en un mundo insular tan ingenuo como misterioso. A través de la visión particularísima de la muchacha —sin madre y con padre desaparecido—, asistimos a su despertar a la adolescencia, cuando, roto el caparazón de la niñez, el fuerte resplandor de la realidad ciega asombra e incluso duele a veces. Una singular galería de personajes constituye el contrapunto a su vertiginosa sucesión de sensaciones. Y es que, en unos meses, Matia descubrirá muchas cosas hasta entonces ignoradas sobre «la oscura vida de las personas mayores».
Melancólica elegía de la perversión de la inocencia, Primera memoria (Premio Nadal 1959) es, sin lugar a dudas, una de las mejores novelas de Ana María Matute.