Nos explicamos el mundo mediante relatos. Dotamos de coherencia a lo que pasa a nuestro alrededor (y a nuestros afectos y comportamientos) con historias que tienen un principio y un final. Y, hoy en día, esas narraciones se cuentan sobre todo con imágenes que, a menudo, se anticipan a las propias vivencias. Por ejemplo, una adolescente que no posea aún ninguna experiencia (ni educación) sexual habrá tenido acceso ya, sin embargo, a multitud de ficciones audiovisuales con contenido erótico explícito o, incluso, pornográfico. Por eso es tan urgente armarnos de capacidad de análisis y distanciamiento contra los cantos de sirena del cine y la televisión, pero también contra las ideas que nos transmiten y las emociones que nos provocan la publicidad y el telediario. La imagen te ciega propone un completo recorrido por las cuestiones técnicas y significativas del medio audiovisual. Un ameno (y revelador) paseo por el Hollywood de Welles, Hitchcock y Verhoeven, por el cine de Varda, Lang y la nouvelle vague. Una mirada feminista y ocurrente que se preocupa por la educación del gusto (y el disgusto) y por la ética del que mira.