El testamento literario de Janet Malcolm, la reina del periodismo narrativo neoyorkino.
«Cada frase, al más puro estilo Malcolm, resulta magistral».
Katie Roiphe, The Atlantic
Fotografías fijas comienza con la imagen de una niña taciturna que en 1939, a los cinco años, deja atrás Praga en tren, con los rascacielos de Nueva York en el horizonte. A pesar de su escepticismo hacia las autobiografías al uso, en este libro Janet Malcolm dirigió su atenta mirada hacia su propia vida a través de las fotografías y de las memorias que estas le evocaban. Sus primeros amores caprichosos, su fascinación por lo que podía significar ser una «chica mala» y las veladas en la vieja Metropolitan Opera House son algunas de las piezas que componen este retrato íntimo de una infancia neoyorquina que nunca perdió de vista el influjo de Europa. El libro profundiza también en su matrimonio con Gardner Botsford, en el círculo de The New Yorker y en el juicio por difamación que la llevó al banquillo y a convertirse en personaje de su propio drama.
Más allá del mero relato de una vida, este libro es un encuentro con la identidad, un viaje conmovedor y original, un fructífero diálogo entre fotografía y memoria. Malcolm va más allá del contenido de la imagen y del autorreconocimiento. Con el humor brillante que la caracterizaba y una sabiduría que solo se alcanza tras una larga e imponente trayectoria vital, reconstruye minuciosamente los recuerdos capturados por el objetivo y teje unas emocionantes memorias a partir las preguntas que estos le suscitan.
La crítica ha dicho:
«Soberbio. Fotografías fijas evoca inevitablemente el poder perdurable de otro emigrante, el novelista W. G. Sebald, que hizo un uso similar de las fotografías. La obra definitiva, espléndida y más personal de su larga carrera».
Charles Finch, The New York Times Book Review
«Parte del placer de estas memorias consiste en conocerla un poco más. La otra parte consiste en leer nuevas frases de Janet Malcolm, que son como las primeras líneas de las novelas clásicas: verdades duras, brillantes e inamovibles».
Elizabeth Winkler, The Wall Street Journal
«Un monumento a la destreza de su oficio».
Publishers Weekly
«Un último libro evocador y distinto, unas memorias personales inusualmente sucintas y que invitan a la reflexión. Consiguen captar gran parte de lo que hacía a Janet Malcolm tan indefectiblemente interesante».
Heller McAlpin, NPR
«Malcolm fueuna de nuestras más grandes escritoras, lo que hace que la lección de Fotografías fijas sea aún más conmovedora. Su último libro demuestra que incluso los mejores cronistas pueden verse afectados por sus propias vidas y que los recuerdos que nos hacen humanos son los más nebulosos y efímeros».
Jessica Ferri, Los Angeles Times