En este universo poético que ahora se despliega ante nosotros, cada palabra es un eco de las emociones más profundas del alma de Pablo Cabrera, cada verso una ventana abierta hacia la esencia misma de la existencia. Somos invitados a un viaje fascinante a través del paisaje interior del autor, un terreno fértil donde las semillas de la emoción germinan y florecen en forma de versos cuidadosamente elaborados. Es, acaso, el ejercicio más sincero del poeta, mostrarnos nuestro propio camino lleno de luces y sombras, y acompañarnos en él. Así pues, tiene unos poemas que laten con pulso visceral, una fuerza primordial que se niega a ser contenida. La constancia de negarse ante el silencio. Él debe gritar con urgencia que la oscuridad no podrá consumirnos. Al final, la poesía no es solo un ejercicio estético, sino un acto de resistencia.
SERGIO ALTORRE