Cada célula del cuerpo lleva en su núcleo el mismo ADN que contiene toda la información necesaria para construir el conjunto del cuerpo. Así, aunque cada célula sólo exprese una parte de toda esa información, ésta está contenida en una pequeñísima parte de la célula. El ADN está controlado por señales externas a la célula, provenientes del entorno.
El ADN cuenta con millones de interruptores que permiten a los genes ser leídos o permanecer en silencio. La ciencia que estudia esos interruptores y la interacción entre el ADN y el entorno se llama epigenética. Recientes descubrimientos han demostrado que todo lo que forma parte de nuestro entorno, también las emociones, influye en la apertura o cierre de esos millones de interruptores del ADN, y ello repercute en nuestra salud.
Mientras que la información que llevan los genes es estable, como lo es la tinta de un bolígrafo, las etiquetas epigenéticas tienen una estabilidad relativa, ya que se pueden borrar como se borra el lápiz. Por lo tanto, existe una reversibilidad potencial que permite recuperar la salud. El objetivo principal de este libro es el de proponer la observación de los condicionamientos emocionales bajo un nuevo prisma, el de la epigenética, a fin y efecto de ofrecer a cada cual la posibilidad de encontrar un nuevo equilibrio.