Una vez construido el canal de Aragón y Cataluña, la transformación en regadío de los campos de la Litera Baja no fue sencilla y muchos propietarios tuvieron que vender tierras o recurrir a colonos para adecuar sus fincas. Ello supuso la llegada a la comarca de numerosas familias atraídas por las altas rentabilidades que prometía la nueva realidad. Muchas provenían de la provincia de Teruel, en especial de la parte oriental, y huían de la decadencia del sistema masovero, que apenas garantizaba ya su subsistencia. Acostumbradas a vivir en el campo, en explotaciones autosuficientes, impulsaron en la Litera la aparición de hábitats dispersos y el nacimiento de una actividad ganadera y empresarial desconocida hasta entonces. Este fenómeno se prolongaría prácticamente durante todo el siglo XX como consecuencia del desarrollo de largas y complejas redes migratorias y conformaría un colectivo que ha resultado fundamental para definir el paisaje, la sociedad, la demografía y la economía de la zona. Este libro intenta evitar que su sacrificio y su espíritu emprendedor caigan en el olvido.