Ramiro, Gildo y Ángel, tres soldados republicanos de León, huyen en plena noche de las represalias del frente victorioso que ha ocupado su tierra. Refugiados en el monte, siempre al abrigo de la oscuridad de las minas abandonadas, de las cuevas o de la noche, ven pasar los meses mientras tratan de encontrar la forma de sobrevivir y de escapar al infierno de la clandestinidad. De esta manera se manifiesta un instinto primario que puede llevar a un hombre acosado hacia la violencia.
Al tiempo que nos permite asistir a una página olvidada de nuestra historia, esta epopeya anónima de estos tres hombres nos demuestra que la condena a vivir como una alimaña no conlleva necesariamente la pérdida de la grandeza humana. Además de aportar aire fresco al panorama de la nueva narrativa española de los ochenta, Julio Llamazares supo sorprender a la crítica con esta primera novela que, lejos de ser primeriza, ofrece «un lenguaje distinto, un interesante argumento, personajes con acción y, también, una visión del mundo» (Joaquín Arnáiz, Diario 16).