El periodista Dani Ramírez presenta un poemario cuyas protagonistas principales son las canciones de los Beatles, hilo conductor y banda sonora de las vidas de varias generaciones.
Un día libre y al sol, una revolución a la que atreverse, los 18 en el DNI, el hallazgo de la verdadera amistad, enamorarse, los abuelos, la cara de tu hijo al nacer. Son sensaciones concretas, descubrimientos prodigiosos... pero efímeros. Sin embargo, al escuchar una canción, los revivimos como en uno de esos sueños donde la mentira parece verdad.
Tus canciones y las mías son las mismas. También las de nuestros padres. Las escucharán tus hijos. Suenan a Liverpool y a cerveza. A una manera indescriptible de estar; a un vivir que parece bailar. De la mano de la música de los Beatles, Daniel Ramírez explora esos momentos llenos de primeras y últimas veces, de las esperanzas de los viernes y las desesperanzas de los lunes. A través de estos versos podemos cantar nuestros recuerdos más feroces. Bares, aceras, trenes, desconocidos, seres amados... En lo aparentemente fugaz está todo lo que, en realidad, hace que nos sintamos eternos.
«Estas páginas evocan ese momento en el que notas que la ilusión ya te llega por las rodillas, ese instante en el que, poco a poco, vas avanzando hacia el amor, el sexo y la música. Al fin y al cabo, las cosas más importantes de la vida». David Summers
«Siempre he sido de los Beatles, de modo que este libro tenía que gustarme a la fuerza. Pero si fuese de los Rolling también me gustaría. Y mucho». Luis Alberto de Cuenca
«En los poemas de Dani Ramírez estamos todos. Los que somos, aquellos a los que queremos, esos a los que quisimos y las pequeñas cosas que nos atraviesan». Lorena G. Maldonado
«Los poemas de Dani Ramírez son como pequeños hallazgos entre el tráfago incesante de los días laborables, pasan rápido -como los edificios vistos por la ventanilla de los transportes urbanos-, pero mañana seguirán estando ahí, esperándote. Si piensas que la poesía es algo ajeno a tu vida, lee estos poemas y te la encontrarás al salir del portal». Karmelo C.Iribarren