El 22 de mayo de 1322, en el marco imponente de la Seu Vella de Lleida, el rey Jaime II de Aragón cedió a su hijo, el infante Pedro, el condado de Ribagorza, un extenso territorio pirenaico emplazado en la intersección de Aragón y Cataluña. Aquel acto marcó el inicio de la carrera política de quien sería uno de los protagonistas de la historia de la Corona de Aragón durante el siglo XIV y, al mismo tiempo, supuso un giro inesperado en la trayectoria histórica de esa zona y de sus habitantes. El presente libro trata sobre la acción de gobierno del conde Pedro en Ribagorza desde la donación de 1322 hasta su retiro como monje franciscano en 1358, y también analiza las actitudes que la población local adoptó respecto a él. Treinta y seis años intensos en que se pasó de un contexto de prosperidad a otro de crisis a causa de la peste y la guerra.