Ya sin ases extranjeros en sus filas, y capitaneado por un aldeano montañés, el equipo al que la historia conocería como ?el Real Madrid Ye-yé? sorprendió a propios y a extraños conquistando la Copa de Europa de la temporada 1965-66 en Brusela. Los llamaron así, los ?Ye-yés?, porque entre ellos predominaba la juventud y cierto descaro ?siempre dentro de un orden?, y porque su inesperado triunfo corría parejo con el entusiasmo que desataban entonces los nuevos ritmos musicales y las modas desenfadadas que iban apoderándose de buena parte de la mocedad occidental. Supieron sobreponerse al inexorable eclipse de las grandes estrellas que habían hecho legendario al club blanco ?Di Stefano, Santamaría, Puskas??, y únicamente a base de producto autóctono, aquel Real Madrid ?Made in Spain? logró dominar la escena nacional durante media docena de temporadas, ganándose también un bien merecido respeto continental. Surgieron cual Ave Fénix de las cenizas de un cuadro derrotado en 1964, y en sólo dos años consiguieron recuperar el cetro que sus predecesores, los Pentacampeones, habían ostentado con enorme brillantez en