Katia Acín Monrás nació en Huesca en 1923, en el seno de una familia en la que la libertad y la cultura eran bandera. Hija de Ramón Acín y de Conchita Monrás, creció en un ambiente feliz, creativo y luminoso. Comparte esos años con su hermana Sol hasta que, abruptamente, tras el estallido de la guerra en 1936, sus padres son fusilados ese mismo verano por defender ideas contrarias a la sublevación. Desde ese momento comienza la pausa en la carrera artística de Katia, que habría recibido sus primeras lecciones de dibujo de su padre.
Las hermanas quedaron a cargo de unos familiares paternos y recibieron una formación conservadora. Katia se matriculó a la Universidad en Zaragoza y se especializó en Historia Medieval. Se casó con Federico García Bragado y crio cinco hijos. Y a comienzos de los sesenta sacó adelante unas oposiciones para ejercer como docente de Historia, labor que llevó a cabo hasta su jubilación, ya como catedrática.
Después de todo este camino, en 1989 y recién jubilada, se matriculó en Bellas Artes en la Universidad de Barcelona y se instaló en el colegio Mayor Raimundo de Penyafort. Reinició su carrera artística. Plenamente integrada en la vida universitaria, agotó recursos y tiempo para exprimir la oportunidad de dedicarse a aquello que había querido desde niña. Y fue el grabado la técnica que más se ajustó a sus deseos expresivos. Tras la licenciatura en Dibujo y Pintura continuó formándose como grabadora en Tarragona y desarrolló su labor en varios talleres con compañeros como Antonio Alcàsser y Cristina Plaza. Finalmente instaló su taller en Altafulla, en la casa de una de sus hijas, apurando un tiempo de creación y reivindicación de un modo de entender la vida y el arte. En 2004 Katia Acín falleció, dejando un interesante legado artístico y un inmenso legado vital, que recogen y difunden hoy sus hijos a través del trabajo de la Fundación Ramón y Katia Acín.