La razón de ser de este libro es la de valorar en su justa medida y dar a conocer la primera parte de la vida de Francisco de Goya, los casi treinta años que residió en Zaragoza, tras su ocasional nacimiento en Fuendetodos. Esa etapa, fundamental en la forja de su personalidad y de su arte, no corresponde a un mero prólogo de su larga trayectoria. Sus años de formación a orillas del Ebro resultaron decisivos en su evolución posterior.
Cuando Goya se instaló en Madrid no lo hizo como aprendiz sino como un artista formado que llevaba ya tiempo como profesional. En la capital del país su condición de aragonés, además, le ayudó a hacerse un hueco en la corte de Carlos III, en la que un numeroso grupo de influyentes aragoneses ocupaba puestos clave en la administración, el ejercito, el comercio y el pensamiento.