Lenin y Mussolini vivieron en Ginebra entre 1902 y 1904, y quizá se encontraron en la Brasserie Handwerk, celebrando el aniversario de la Comuna de París. Un periodo en el que ambos militaban en el socialismo revolucionario, eran hostiles al revisionismo reformista y manifestaban concepciones similares sobre la revolución y el papel del partido en la misma. Entre 1904 y 1914 caminaron por sendas paralelas, pero a partir de octubre de este último año, sus carreras políticas adoptaron direcciones opuestas, empezando por sus diferentes posiciones con respecto a lo que será la Primera Guerra Mundial.
La historiografía suele presentar a ambos y a sus regímenes como "enemigos fraternales" en una situación en la que el comunismo, al nacer antes, sentó las bases de cómo destruir la democracia e instituir un sistema de partido único, modelo y pasos que habría seguido el fascismo. Aspecto que cuestiona Emilio Gentile, uno de los referentes mundiales en el estudio del fascismo, ya que Mussolini nunca consideró a Lenin, su revolución y su régimen como ejemplos a imitar, sino que los vio como una dictadura de fanáticos intelectuales, impuesta por el terror sobre el proletariado, y un experimento fracasado.
Mussolini contra Lenin es un libro muy documentado en el que Emilio Gentile entrecruza las vidas políticas de Mussolini y Lenin, todo aderezado de referencias mutuas que hicieron el uno del otro a lo largo del tiempo. Al reconstruir la postura y la actitud crítica de Mussolini con respecto a Lenin, a la revolución bolchevique y al régimen comunista, Gentile no solo ayuda a entender la evolución de las ideas del futuro Duce del socialismo al fascismo, sino que nos propone también una lectura original de la relación entre ambos, de la relación entre dos líderes que marcaron la sangrienta historia del siglo XX.