Los problemas lingüísticos que plantea la construcción de una Europa unida rara vez reciben la misma atención que los económicos o jurídicos. Este libro, que ahora se publica en su segunda edición, aborda estas cuestiones, ofreciendo un panorama general de los orígenes históricos de nuestra pluralidad lingüística, los vínculos que se han establecido entre lenguas e identidades colectivas y su traducción política, y las distintas fórmulas que se utilizan en los Estados para responder a su diversidad lingüística. Asimismo, examina otros aspectos como la influencia de los desarrollos técnicos contemporáneos, la situación actual de la enseñanza de las lenguas y sus nuevas orientaciones; y todo ello con el objetivo declarado de contribuir a formular una política lingüísica para la Unión Europea.