Las ideas teístas de Dios, singularmente la cristiana, definen a la divinidad mediante conceptos claros y distintos, así como a través de predicados pensados como absolutos, perfectos y sumos, característica de la religión racional que, sin embargo, no apura ni agota la esencia de la divinidad. En efecto, la presencia simultánea de lo racional y lo irracional en la idea de Dios remite a la relación recíproca entre esos dos elementos y a la consideración del carácter irreductible de la emoción religiosa. Este brillante estudio clásico de Rudolf Otto -ahora revisado de acuerdo a la última edición publicada en vida del autor- se propone examinar la categoría de lo santo, nacida en la esfera religiosa, trasladada luego a la ética y formada por componentes inefables e inaccesibles a la comprensión mediante conceptos, pues el elemento que fija su peculiaridad es precisamente lo numinoso, a cuya dilucidación está consagrado parcialmente el ensayo.
Prólogo de Manuel Fraijó Nieto