El universo es un ambiente muy complejo y hostil, repleto de peligros que nos acechan, muchos de ellos de origen astrofísico: tormentas solares masivas que podrían impactar de manera devastadora en nuestra compleja sociedad tecnológica, la disminución o pérdida del protector campo magnético terrestre, megaerupciones volcánicas, un potencial choque con un gran asteroide, el paso de astros en las inmediaciones del sistema solar o una explosión de una supernova próxima.
En un plazo más lejano, el cambio en las propiedades del Sol provocará la pérdida de la atmósfera terrestre y, eventualmente, la desaparición del planeta al ser devorado por nuestra estrella. En fin, la probable evolución de la galaxia y del firmamento implicará la muerte térmica en una lenta agonía cósmica. El universo parece jugar a los dados con nuestro destino. La humanidad se enfrenta a un futuro inestable e incierto, a unos desafíos que requieren preparación y una respuesta colectiva para lidiar con éxito ante estas múltiples amenazas.