Se recogen, en este libro, cinco extensos estudios sobre Galdós («Fortunata y Jacinta» y la última serie de los «Episodios Nacionales»), Unamuno («Paz en la guerra»), Clarín (sus novelas y cuentos) y Blasco Ibáñez («La Bodega»). A través de esos autores y esas obras, que fueron escritas entre 1885 y 1912, se hacen diversas propuestas teóricas acerca de los nexos entre historia y novela. Si en La Regenta hay una crítica poco menos que desaforada de las añejas estructuras feudales y eclesiásticas sobre las que se asentaba la Restauración -así lo pensaba Clarín en aquellos años-, en «Fortunata y Jacinta», novela que transcurre entre 1869 y 1876 -es casi el mismo tiempo de «La Regenta»-, se construye sobre una armazón -se va en esto más lejos que en «La Regenta»- de fechas y acontecimientos históricos: Constitución de 1869, Primera República (1873), asalto al Congreso de Pavía (enero de 1874), golpe de Martínez Campos (diciembre de 1874), llegada a Madrid de Alfonso XII (enero de 1875)... El referente socio-histórico no es en estas dos novelas -ni tampoco en el conjunto de sus «Episodios Nacionales» ni en «Paz en la guerra» ni en «La Bodega»- coyuntural porque "son las estructuras sociales en movimiento las que obran como 'protagonistas ideológicos' y factores condicionantes" (Tuñón de Lara). Por otra parte, si "las relaciones sostenidas no pueden ser accidentales", los datos históricos y las relaciones de clase no son «la realidad "extra-literaria", dentro de la cual se supone que ocurren los hechos de ficción, sino que son el texto mismo», cuya gramática "viene determinada por las estructuras históricas a él externas" (Blanco Aguinaga). Lukács había advertido, en «Ensayos sobre el realismo», que "la vida psíquica, la intimidad del hombre, no ilumina las líneas esenciales de los conflictos esenciales si no está concebida en una fusión orgánica con los momentos históricos y sociales".