Aunque Francisco de Quevedo no se dedicó profesionalmente al teatro, no escapó a la fascinación de las tablas. Quevedo escribió sus piezas teatrales a lo largo de unos años -1613 a 1631 aproximadamente- en los que se dan a conocer algunas de sus obras más famosas, «El buscón» o «Los sueños», ante las cuales queda empequeñecida su escasa obra dramática. Su comedia más famosa, «Cómo ha de ser el privado», es una pieza de propaganda política que tiene por objeto la exaltación del valido perfecto encarnado por el Conde-Duque de Olivares. Esta edición recoge además trece entremeses, loas y bailes y un fragmento conservado de la comedia «Pero Vázquez de Escamilla».