Nuestra Argentina resulta siempre el país del volver a empezar o, como hubiera preferido Nietzsche, del «eterno retorno», PROA no es ajena a esta regla. Solo que en este caso, volver los pasos hacia atrás significa renacer. En su tercera época nuestra revista llegó casi a los cien números publicados, superando a las dos etapas anteriores. Una hazaña, si tenemos en cuenta los avatares políticos y económicos que sufrió el país. Ahora, con menos inocencia que ilusión, iniciamos una cuarta época y aspiramos seguir adelante; eso sí, sin dejar de tener en cuenta la ardua época que nos toca vivir; pero teniendo en cuenta los modernos sistemas de difusión con los que contamos. PROA, sin dejar su formato gráfico, aparecerá también on-line. La generosidad de una empresa farmacéutica nos brinda el correspondiente apoyo logístico y el arte de la palabra, junto a las demás artes nos hará decir presentes otra vez en estos difíciles aunque esperanzadores tiempos. Empezamos con una serie de números especiales dedicados a la amistad y coincidencia entre poetas. En este primer caso estará referido a dos grandes de nuestro idioma: el español Miguel Hernández y el argentino Raúl González Tuñón, que se conocieron en los dramáticos días de una Guerra Civil que se cobró miles de víctimas. Miguel y Raúl fueron entrañables poetas y nos dejaron un imborrable testimonio de esa relación que pretende cobrar vida en las páginas que les hemos dedicado con el aporte de reconocidos estudiosos. Tenemos también en cuenta y va como homenaje, los ochenta años que se conmemoran de la trágica muerte del aedo de Orihuela. Nuestra gratitud al director de la Fundación Cultural Miguel Hernández, Aitor Larrabide, por su labor de coordinación, y a todos los que con sus colaboraciones hicieron posible este número sin duda perdurable. Damos comienzo a una cuarta etapa. Nos arriesgamos y el tiempo juzgará. Creemos, también, que la cultura (o la crisis cultural que atravesamos) se merece esta renovada singladura que nos esperanza una vez más. Roberto Alifano