Hay historias de amor que acaban bien. Otras veces uno siente que debe…
Durante un año, Violeta González Alegre habitó su primera casa: un ático desvencijado en el centro de la ciudad. Durante un año fue transformando ese espacio de libertad conquistada y transformándose con él, sintiéndolo vivo, enamorándose. Mi casa de nadie relata una relación amorosa desde la ilusión y el deslumbramiento iniciales hasta la ruptura traúmatica tras una larga despedida; y aunque el amado sea una casa, eso qué importa.
De una dulzura arrebatadora, Mi casa de nadie es una metáfora de cómo las cosas y los espacios que hemos amado viven en nosotros y nos moldean a su imagen y semejanza.
Un primer libro evocador y perfecto.
«esta noche / es más dulce el frío // no sé si porque me voy ya // o porque no me he ido todavía»