José Antonio Conde es un poeta muy personal que esculpe el lenguaje hasta el fulgor nítido de la imagen, capaz de explorar la poética del silencio o de inventar una nueva mirada sobre el erotismo. Es un poeta que entiende la lírica como un ejercicio de contención musical, como una sorpresa elegante que estalla en la hermosura y en la exactitud. Un poeta que ha ido haciendo su camino sin prisa, con un humor en apariencia invisible y un acento expresivo propio. Ya tiene muchos libros a sus espaldas. Y un estilo, y una intencionalidad. [...]
Conde es Conde. Exigente. Profundo. Analítico. Maneja la elipsis y sabe ahondar en todos los factores poéticos y dramáticos de una pelea y de la vida: las cuerdas, el cuadrilátero, el destino, la belleza de los cuerpos, el arrojo, la desesperación, la búsqueda de la gloria, pero también la guardia, la defensa, la pegada, y la existencia entera y tumultuosa al margen del cuadrilátero... (Antón Castro)