En este poemario Rich habla del poder de las mujeres, de los amores entre ellas, hermosos y prohibidos, y retoma una de las metáforas más antiguas de la tradición literaria: la naturaleza y su semejanza con el cuerpo femenino. Pero sobre todo es un libro que cuestiona la opresión y el silencio de las mujeres, y que imagina lo que sólo los grandes poetas han soñado: la creación de una lengua común que permita comprendernos de forma verdadera, sin herirnos, sin violentarnos, donde la existencia no sea una batalla entre todos nosotros sino la afirmación de una nueva armonía, entre hombres y mujeres, entre el ser humano y la naturaleza, una lengua para soñar por fin juntos nuestra humanidad común.