"La desvalida princesa que necesita un aguerri- do pri´ncipe que la rescate; una boda como el u´nico final feliz posible para la protagonista... Son ejemplos de la renuncia personal, de la su- presio´n de los deseos propios, de la promesa de salvacio´n. Una trampa ampliamente compartida sobre la supuesta y verdadera naturaleza feme- nina. Mari´a Murnau, ma´s conocida como Femi- nista Ilustrada, sabe mucho de esto y consagra su obra a luchar contra los micromachismos con los que tienen que lidiar las mujeres a diario. Este, su primer primer poemario, tambie´n te atrapara´, pero prometemos que con palabras bien escogidas. Porque el mito del “para amar hay que sufrir” es muy persistente. No puedo vivir sin ti, ¿o si´? La desvalida princesa que necesita un aguerri- do pri´ncipe que la rescate; una boda como el u´nico final feliz posible para la protagonista... Son ejemplos de la renuncia personal, de la su- presio´n de los deseos propios, de la promesa de salvacio´n. Una trampa ampliamente compartida sobre la supuesta y verdadera naturaleza feme- nina. Mari´a Murnau, ma´s conocida como Femi- nista Ilustrada, sabe mucho de esto y consagra su obra a luchar contra los micromachismos con los que tienen que lidiar las mujeres a diario. Este, su primer primer poemario, tambie´n te atrapara´, pero prometemos que con palabras bien escogidas. Porque el mito del “para amar hay que sufrir” es muy persistente. No puedo vivir sin ti, ¿o si´? La desvalida princesa que necesita un aguerri- do pri´ncipe que la rescate; una boda como el u´nico final feliz posible para la protagonista... Son ejemplos de la renuncia personal, de la su- presio´n de los deseos propios, de la promesa de salvacio´n. Una trampa ampliamente compartida sobre la supuesta y verdadera naturaleza feme- nina. Mari´a Murnau, ma´s conocida como Femi- nista Ilustrada, sabe mucho de esto y consagra su obra a luchar contra los micromachismos con los que tienen que lidiar las mujeres a diario. Este, su primer primer poemario, tambie´n te atrapara´, pero prometemos que con palabras bien escogidas. Porque el mito del “para amar hay que sufrir” es muy persistente. No puedo vivir sin ti, ¿o si´? "