Si «toda la literatura, y sobre todo toda la poesía, responde a un deseo de huir de la vida», como escribió Pessoa a través de Álvaro Campos, y «la poesía es la expresión de la experiencia de la poesía», como reza uno de los aforismos de Wallace Stevens, los poemas que se recogen en este libro -que abarca veinte años de poesía- ocupan un espacio en el que la huida explora nuevos caminos para seguir huyendo de la vida y de toda experiencia que no sea la experiencia misma que nos da el poema. Y ese espacio, y quizás no otra cosa, ni sentimientos, ni tiempo (seguimos ahora a James Hillman), se presenta como «lenguaje fundamental de las profundidades». La poesía es espacio que a lo largo de veinte años (1998-2018) muestra el estado de madurez del poeta y su proceso, a través del cual toda su poesía anterior se ha ido destilando y aquilatando en formas cada vez más esenciales. Teatro químico, Tiempos, Papeles del desamparo y Sopra Minerva son los cuatro libros que componen el poemario, y todo camina -con la variedad y diferencias notables que el tiempo aporta y acaso como eco de un destino trágico reservado a la poesía- hacia amplias unidades poemáticas que giran en torno a la figura del místico aragonés Miguel de Molinos. El libro está ilustrado por el pintor Jordi Teixidor, que ha realizado casi una veintena de ilustraciones para el libro.