El autor de los poemas que se reúnen en este libro fue del fascismo a la democracia, sin dejarse encandilar por las vitalicias prebendas que en su condición de falangista de la primera hora tenía ya en el bolsillo. Fue Jefe Provincial de Falange en Valladolid, voz de los sueños falangistas que difundía la radio, una voz exaltada que arengaba multitudes en los imponentes y dramáticos escenarios de la guerra civil. Fue Director general de Propaganda. Estrechó las más poderosas manos del Eje. Fue soldado en Rusia y hombre roto en un hospital de Riga. Y después -justo cuando llegaba para la hora de los premios- fue hombre rebelde y confinado, escritor silenciado, conspirador, exiliado, viajero sin pasaporte y también recluso... Todo ello sin dejar de ser poeta.