FRANCISCO ALEXANDER (Quito, Ecuador, 1910-1988). Entre sus obras de traducción se encuentran: la versión castellana más completa de Hojas de hierba de Whitman, Conquistador de Archibald McLeish y la presente antología. Estudió música en los Estados Unidos de Norteamérica de donde regresó dueño de un inglés perfecto y fluido como se aprecia en sus traducciones.
Los poemas que integran este libro son de diverso origen, no solo en cuanto a los pueblos y lenguas de donde proceden, sino a quienes los crearon: los hay de poetas cortesanos, de finísima y culta contextura espiritual, cultivados como flores de invernadero, y los hay simples canciones de pastores o de soldados, rudas y potentes, como silvestres plantas que desafían la tempestad y la sequía: pero todas están suavizadas por lo único que suaviza la vida, que enternece a las fieras y que hace creer, siquiera por un instante, en la bondad del ser humano: el amor.
Sopla el viento del amor, vivificante, en esta poesía, del Japón extremado al Kurdistán, de la Manchuria a Camboya, de Turquía a la Arabia, donde, como en todas partes, por siempre, se rinde culto abnegado a ese ?amor inmenso, tenebroso y dulce? de que hablara Milosz y que es una de las pocas verdades que reconocen, parejos, todos los hombres.
e.m.