«Salpicaduras se compone de doscientos setenta y cuatro versos, todos ellos individuales. Distintos pero no distantes, y, por eso, yendo juntos ?salpican?. La palabra ?salpicaduras? creo que envuelve dos sentidos principales. En primer lugar, trataría de una actividad que transmite su fuerza a partir de elementos minúsculos, diminutos, uno a uno leves en apariencia; y, además, que esa actividad distribuida minimesimalmente se arroja de golpe como respuesta a una problemática definida del entorno» (Silverio Sánchez Corredera).