Si bien Georges Lemaître es reconocido como uno de los más grandes físicos del siglo XX, en particular por su importante contribución a la teoría del big bang, muchos tal vez ignoran que fue un sacerdote católico, tan fuertemente ligado a su vocación sacerdotal como a la de investigador.
Gracias a documentos aún poco conocidos, que se remontan a la Primera Guerra Mundial, y a los archivos de la fraternidad sacerdotal de los «Amigos de Jesús», de la que monseñor Lemaître fue miembro, descubrimos que fue un lector apasionado de Léon Bloy y de Ruysbroeck.
Se abordan también sus relaciones con la Iglesia, en particular a propósito de su participación en la Pontificia Academia de las Ciencias, de la que fue presidente desde 1960, y de su última conferencia pública, «Universo y átomo», que hasta ahora había permanecido inédita y que se incluye en el presente volumen; en ella se precisa su pensamiento en relación con el discurso de Pío XII de 1951 sobre las pruebas de la existencia de Dios releídas a la luz de los avances recientes de las ciencias naturales.
El itinerario espiritual de monseñor Lemaître se compara al de dos grandes científicos creyentes: Blaise Pascal, al que cita frecuentemente, y el padre Pierre Teilhard de Chardin, lector atento del cosmólogo de Lovaina.
El autor nos permite así comprender cómo una auténtica espiritualidad es compatible con un trabajo científico y cómo un creyente puede ser, sin ningún problema, una figura de la investigación científica en el más alto nivel.