Los aborígenes sng'oi o senoi de Malasia son una sociedad preindustrial y preagrícola que vive sin coches, teléfonos móviles, relojes ni horarios en un enclave exuberante y verde en el que no tienen cabida las preocupaciones, las prisas, la competitividad ni la desconfianza.
Este pueblo indígena se concibe como parte de una totalidad que comprende tanto a los seres vivos como a las cosas inanimadas. A partir de esta comprensión surge su aguda y asombrosa forma de entender las energías y las emociones, su capacidad de sintonizar con el sentido y el propósito de su ámbito y de los seres que lo pueblan, y también su decidida inclinación a seguir su intuición y a actuar conforme a lo que esta les indica.
Las historias que aquí se cuentan son un espejo que refleja lo alejada que está nuestra civilización de la sintonía con la naturaleza y con la auténtica realidad, a la vez que nos enseñan a recobrar el sentido de conexión con toda la creación.
El psicólogo Robert Wolff vivió con los sng'oi durante los largos años que permaneció en Malasia. Aprendió su idioma, comió con ellos, durmió en sus chozas y llego a amar y admirar a este pueblo que respetaba el silencio, que confiaba en el tiempo como agente revelador y sanador, y que vivía completamente en el presente disfrutándolo con gozo.