¿Qué razones explican la fascinación que ejerce el zen en el mundo occidental? ¿Son las mismas que han mantenido viva esta tradición secular en los países asiáticos?
Seguir la vía del zen significa principalmente meditar en posición del loto y, en silencio, respirar profundamente y en calma. Seguramente, la primera duda que surge ante esto es: ¿sobre qué se medita?, ¿y con qué objetivo? Dicho de otro modo: ¿qué hace quien practica zazen?, ¿qué beneficios espera obtener? Nos podemos preguntar también: ¿qué finalidad tienen los koans, estos enigmas planteados por los maestros a los discípulos, que desafían las leyes de la racionalidad? Y aún: ¿por qué esforzarse en dibujar un círculo con una sola pincelada?
Iconoclasta, irreverente, complejo y a la vez radicalmente sencillo, el zen rehúye ser clasificado o circunscrito porque uno de los aspectos que más claramente pone de relieve es que, para comprender realmente algo, es necesario que uno mismo lo experimente.