La conexión del ser humano con la vida universal se lleva a cabo a través de un camino interior. Es un camnino que las escuelas de misterios de todos los tiempos aportan con fuerza a la humanidad; es también el camino de la Escuela Espiritual de la Rosacruz.
Los autores (Catharose de Petri y Jan van Rijckenborgh) explican detalladamente el significado del mito francmasónico de Hiram Abiff, el maestro constructor que construyó el templo interior de Salomón, metáfora del alma humana que alcanza la inmortalidad.
Leemos que la verdadera alquimia sirve para la regeneración del cuerpo vital sutil y del cuerpo sensorial. Se nos explica, asimismo, cómo se restablece el campo de luz, conocimiento y vida que envuelve al verdadero ser humano.
El único templo que tiene sentido construir, aseguran los autores, es el templo de nuestro microcosmos, nuestro universo interior, en el que lo divino en nosotros puede encontrarse nuevamente con el Espíritu.