El 2012 somos nosotros. Después de 26.000 años, vivimos la singular transición de un ciclo a otro, con sus múltiples efectos sobre el planeta y toda la humanidad.
El cambio energético del 2012 trae consigo grandes desafíos, pero también la extraordinaria oportunidad de transformarnos en seres más completos, de alcanzar más claridad, paz, sabiduría y amor, tanto en nuestro interior como en el mundo exterior. Es el momento de responsabilizarnos plenamente de nuestra vida, de quitarnos máscaras y corazas, de desprendernos de creencias limitadoras, de superar la separación y la intolerancia, abrazándonos en nuestra totalidad. El salto cuántico del 2012 es nuestro propio salto al vacío para que evolucionemos y descubramos nuestro verdadero potencial.