La sombra de una brutal agresión sexual persigue, a lo largo de los años, a los personajes que la protagonizaron. No importa cuán inocentes o culpables fueran, sus vidas y las de la gente que les rodea quedaron contaminadas por este terrible suceso.Abierta aún la herida de la Guerra Civil, treinta años después del triunfo de los franquistas, quienes mantienen viva la llama de la resistencia ponen en riesgo su seguridad y la de sus familias, legando a las nuevas generaciones un dolor que muchos canalizarán a través del terrorismo de ETA. Y lo que un día tuvo explicación (no justificación), en los años de plomo sufridos en el País Vasco, termina diluyéndose en el pragmatismo moral de los nuevos tiempos, donde a veces resulta difícil distinguir la bondad de la maldad, aunque el sufrimiento de las gentes sigue brillando con luz propia. Desde un idílico valle rural hasta las rutilantes pistas de Roland Garros, pasando por el bullicio de Madrid en los tiempos del cambio, la sangre busca su propio camino dejando tiradas por las cunetas inocencia, esperanza, amor y vidas.