Barcelona, 2007. Lo que parecía imposible se hizo realidad: un héroe enmascarado, un justiciero anónimo, decidió salir a la calle para luchar contra las injusticias y defender a los inocentes. Los medios lo bautizaron como «Justiciero del Post-it».
Por desgracia, cuando más patente y necesaria se hacía su labor, el héroe desapareció sin previo aviso. Desde entonces, los ciudadanos de Barcelona se preguntan donde está y si regresará algún día. Sin él, ya no se sienten seguros.
¿Volverá? Si no es así, ¿habrá alguien que se atreva a continuar con su legado