Alan Turing, el brillante matemático que descifró el código alemán Enigma, permitió que un grupo de decodificadores británicos acortara varios años la duración de la Segunda Guerra Mundial. Solo eso sería suficiente para asegurarle un lugar en la historia, pero su genio no se detuvo ahí. Turing impulsó la informática moderna con la creación de su máquina universal, también conocida como máquina de Turing, y el juego de imitación, una prueba de inteligencia artificial que aún se usa en la actualidad.
Jim Ottaviani y Leland Purvis nos presentan a Turing como un genio excéntrico, corredor de clase olímpica y teórico revolucionario cuyo trabajo juega un papel fundamental en la ciencia y los sistemas de telecomunicaciones de nuestro mundo moderno.