Para el asesino en serie británico Andrew Compton, matar es un arte: el arte más íntimo. Tras fingir su propia muerte para escapar de prisión, Compton se encamina hacia EE. UU. con la intención de seguir perfeccionando su talento. Torturado por sus perversos deseos, llevado a poseer y asesinar a chicos jóvenes, Compton se une a Jay Byrne, un playboy disoluto que ha llevado su arte a límites que ni siquiera él había imaginado. Juntos, dirigen sus miradas hacia un chico de la calle, Tran, americano de ascendencia vietnamita, y de belleza exquisita, a quien consideran la víctima perfecta. Esta novela va dirigida a aquellos que se atreven a entrar en donde lo sagrado y lo profano se convierten en uno.