Traducción de F. Ballester.
Nero Wolfe, investigador
privado de aspecto imponente
por su gordura, gastrónomo
finísimo y apasionado
cultivador de orquídeas,
recibe la visita de la
señora Rachel
Bruner, una viuda
multimillonaria neoyorquina.
Su primer gesto es dejar
encima del escritorio de
Wolfe un cheque de 100.000
dólares. Y a continuación
expone su situación:
el FBI la vigila, sigue
todos sus pasos y los de su
familia y sus teléfonos
están intervenidos. Quiere
que el investigador la
libere de este cerco
insostenible. Archie
Goodwin, su joven y avispado
ayudante, juzga imprudente
aceptar un encargo que puede
tener unas consecuencias
funestas para la renovación
de sus licencias de
detectives privados.
¿Se siente Wolfe seducido
por la considerable suma de
dinero puesta a su alcance?
No del todo. Wolfe ha caído
en otro tipo de
fascinación: enfrentarse al
todopoderoso director del
FBI, J. Edgar Hoover, temido
incluso por la Casa Blanca y
siniestra figura
vinculada a la "caza de
brujas" de la década de
1950. Vencer y humillar a
Hoover será
para él un placer tan
refinado como comerse un
soufflé Armenonville o
crear una luminosa y exótica
orquídea. Rachel Bruner se
ha quitado de encima una
preocupación y unos cuantos
dólares. Pero eso a ella no
le importa.