En un comentario a la
edición original francesa
de "La naturaleza del
príncipe" se comparó a su
autor, Roger Peyrefitte, con
Stendhal por su interés
apasionado por los temas
históricos. Peyrefitte, gran
conocedor de Italia,
escribió en este libro una
historia auténtica, aunque
pueda parecer inverosímil,
que descubrió hurgando en
los archivos vaticanos.
La acción se sitúa a
finales del siglo XVI, en
las cortes de Mantua y
Parma. El joven príncipe
Vicente Gonzaga, heredero de
Mantua, se ha casado con
Margarita Farnesio, princesa
de Parma, de catorce años.
Pero después de un año de
vida en común el matrimonio
aún no se ha consumado y la
familia Gonzaga exige al
papa Gregorio XIII que lo
anule, aunque no se haya
podido establecer claramente
quien de los dos es
responsable del fracaso.
Finalmente, detrás de la
puerta cerrada de un
consistorio secreto al cual
asisten prelados afines a
los dos bandos,
representados
respectivamente por los
cardenales Gonzaga y
Farnesio, se decide anular
el matrimonio.
Pero no termina aquí
la historia, ya que el
príncipe debe tomar una
nueva esposa a fin de
perpetuar la estirpe. El
gran duque de Toscana,
Francisco I de Médicis, está
dispuesto a concederle la
mano de su hija sólo si
prueba ante testigos su
hombría, puesta en duda por
las acusaciones de la
familia Farnesio. Y así es
como, con el permiso de la
iglesia, se escoge a una
bella huérfana de Florencia,
residente hasta entonces en
un convento de monjas, para
que el príncipe Vicente
demuestre su capacidad
sexual. El Vaticano, por su
parte, se compromete a
encontrar un buen marido
para la huérfana y a eximir
de todo pecado a los
participantes de este
imbroglio. La historia, como
en los cuentos, termina
felizmente para todos
excepto para Margarita
Farnesio a la que obligan a
tomar los hábitos.