En esta novela, también conocida como El inspector Studer, Glauser presenta por primera vez a quien llegó a ser su personaje más emblemático, el del policía que, más que resolver los casos planteados para satisfacer el ansia deductiva de sus lectores, se nos muestra como un observador-poeta teñido de humorismo-que, por las características de su oficio, puede destapar ciertos hechos sin levantar grandes escándalos en la muy ordenada sociedad suiza. A pesar de que Glauser quería que sus libros fueran leídos como novelas policíacas sin mayor pretensión, consiguió convertirse en referente inexcusable y brillante para la narrativa policíaca centroeuropea. Con la obra que hoy presentamos, el autor inició la serie dedicada al inspector Studer (Acantilado ha publicado también El reino de Matto), con el que obtuvo un éxito inmediato que lo llevó a las pantallas cinematográficas.